El Jardín Ancestral y el Retorno al Linaje
Cada meditación es un viaje a lo sagrado, una puerta abierta a esos mundos invisibles que coexisten con nosotros. Ayer, en un profundo estado de conexión, volví a ese lugar que he visitado en otros momentos: un jardín ancestral lleno de luz dorada, donde los rayos del sol se filtraban entre los árboles altos y la brisa mecía suavemente las hojas.
Al centro de este espacio, un círculo de mujeres me esperaba. Sus vestiduras parecían tejidas de hilos de luz, y sus rostros irradiaban una paz que no pertenecía a este mundo. Sentí un profundo reconocimiento, como si esa reunión hubiera estado pactada desde hace mucho, mucho tiempo.
Y entonces la vi: Lucy, una mujer de cabellos largos y grises, ojos tan luminosos como el amanecer y una dulzura que traspasaba lo físico. Al acercarse, tomó mis manos con una suavidad infinita. Sus ojos reflejaban la esencia misma de la vida, y su voz, un susurro lleno de amor y poder ancestral, me envolvió como un manto de protección.
El Mensaje de Lucy: El Retorno a la Medicina del Corazón
Con una sonrisa llena de sabiduría, Lucy me miró y dijo:
“Ha llegado el momento, te estábamos esperando. No sabes lo felices que estamos de que regreses con nosotras. Durante mucho tiempo, las mujeres han sido bendecidas con el don de sanar, pero no solo el cuerpo, sino corazones y almas. Somos almas que decidimos venir a este mundo para ayudar, para servir, para iluminar.”
Sus palabras vibraban en cada célula de mi ser, como si reconociera en ellas un eco profundo y antiguo. Lucy continuó:
“En alguna época fuimos tachadas de brujas, de hacer el mal, porque simplemente reconocimos la divinidad en la creación que Dios hizo. Comprendimos más allá de lo que los ojos físicos pueden ver y comenzamos a leer los corazones de las personas. Vimos más allá de la superficie y abrazamos la verdad.”
Lucy extendió sus manos y, de repente, apareció un cuenco de cristal en sus palmas. Las aguas en su interior brillaban con una luz propia, pura y cristalina.
“Este cuenco es el símbolo de nuestro linaje, porque hay tantas almas sedientas de amor, de apoyo, de comprensión… de luz, querida mía. Esto es el Agua de la Vida. Cada gota es un reflejo de la pureza del Creador, un manantial eterno de sanación.”
El Clan de Mujeres Guardianas y su Propósito Sagrado
Le conté a Lucy sobre el Clan de Mujeres Guardianas que había iniciado junto a Sandra. Ella sonrió, como si ya lo supiera.
“Sí, lo sé. Por eso estás aquí. Lo que eres jamás dejará de ser, porque hace tiempo tú decidiste a qué venías al mundo. Es el servir, el llevar luz lo que te mueve. Esa misma luz que los seres fallecidos ven desde el otro plano, buscando esa agua viva, esa luz que hay en ti.”
Sus palabras me llenaron de un profundo amor y, al mismo tiempo, de una certeza: nada de lo que sucede es casualidad.
“Querida mía, jamás dejes que se apague. Mantén encendida esa llama que te fue dada, esa que tú misma recibiste del corazón del Padre para iluminar los corazones apagados.”
Un Mensaje para Sandra: La Voz de la Tierra
Recordé lo que Sandra me pidió: preguntar si había algún mensaje para ella. Lucy sonrió, sus ojos reflejaban un amor profundo.
“Ella es un alma libre. No quiero decir que sea malo, al contrario, todas nosotras tenemos cualidades innatas de nuestra alma, vinimos con la misión de servir. Sandra no es la excepción, solo necesita dejar de pensar tanto, liberar su mente.”
Mi corazón latió con fuerza cuando Lucy continuó:
“Es un alma libre, necesita viento, necesita espacio. Ella es la voz de la Tierra.”
Mis ojos se abrieron con sorpresa. “¿La voz de la Tierra?” pregunté. Lucy asintió.
“Sí, una persona que puede escuchar la voz de aquellos que no la tienen: los árboles, los animales, la Tierra misma. Ella los escucha y los siente, es su mayor cualidad. Dile que su sueño es porque su alma está conectada profundamente con la Tierra. No es raro que llore por la muerte de un árbol o sienta el dolor de un animal. Cada una de nosotras tiene un don único, y el de ella es escuchar la Tierra.”
La Guía para el Clan de Mujeres Guardianas
Sentí una paz infinita, pero también un deseo profundo de saber cómo guiar mejor al Clan de Mujeres Guardianas. Lucy me tomó las manos y, mirándome a los ojos, susurró:
“Deja que tu corazón te guíe, y si necesitas nuestra ayuda, llámanos, búscanos. Siempre estaremos junto a ti. Verás que ahora llegarán más Mujeres Guardianas a ti y a la vida de Sandra, porque ambas iniciaron este camino y no es casualidad que se hayan encontrado.”
“Lo que comenzó como una semilla, se transformará en un jardín de luz.”
Reflexión Final: El Llamado de la Ancestralidad
Este encuentro fue un despertar profundo, un reconocimiento de que el camino del Clan está siendo guiado por las manos de las ancestras y de los seres de luz. Lucy fue solo una mensajera, un portal hacia esa memoria sagrada que ahora florece en cada una de nosotras.
El Clan de Mujeres Guardianas ha renacido.
Una red de luz que se teje entre el cielo y la tierra, un legado de amor y sanación para la humanidad.