Cuando el mensaje es solo paz
Hoy, mientras oraba, viví una experiencia que me llenó el alma de una forma inesperada. Cerré los ojos, buscando ese instante de calma que suelo encontrar cuando oro. Esperaba quizá recibir un mensaje claro, una palabra que iluminara mis dudas o una voz que me diera algún consejo del cielo… pero no fue así.
En lugar de eso, vi a mi amada Sakura, mi dulce perrita que partió hace dos meses. Estaba ahí, frente a mí, en un hermoso bosque de pinos. Era un paisaje tan real que sentía la brisa fresca y el aroma a tierra húmeda. Aquellos pinos me recordaban esos hermosos bosques de Estados Unidos, donde el silencio parece hablarte al corazón.
Vi también un águila volar sobre mí. Observé cada detalle esperando que, en algún momento, algún ser de luz apareciera para entregarme un mensaje, alguna palabra que calmara mi corazón. Pero no… no hubo palabras, ni visiones extraordinarias.
Solo estaba ahí… en silencio… paseando junto a ella… sintiendo paz.
Por un instante, dudé. Pensé que quizá no había recibido nada… pero luego comprendí que en esa calma silenciosa se encontraba el mensaje que tanto esperaba.
El mensaje fue la paz.
Y entendí que a veces, cuando no hay palabras, cuando el cielo parece callar… esa paz que te envuelve es la respuesta misma.
Es como si Dios te dijera:
“Confía. Todo está bien. No temas, yo estoy aquí.“
Aquella paz me hizo comprender que no siempre las respuestas llegan con grandes revelaciones. A veces el mensaje es simplemente sentir calma, soltar las cargas y permitir que el alma respire.
Si en medio de tus preocupaciones sientes un instante de calma… no lo ignores.
Si el miedo se disipa de pronto y un suspiro de alivio te llena el pecho… ese es el mensaje.
Si sientes que algo te envuelve en ternura, aunque no puedas explicarlo… ese es el abrazo del cielo.
Hoy no escuché palabras, pero sentí paz… y esa paz lo dijo todo.
A veces no necesitamos respuestas… solo recordar que el amor sigue aquí, guiándonos paso a paso. ❤️