Bendición del Arcángel Miguel: Un Saludo de Luz y Protección

Hay momentos en los que el alma anhela un abrazo celestial, una señal de que la luz sigue brillando en nuestro camino. En una de mis oraciones, Arcángel Miguel me mostró un saludo sagrado, un acto de reconocimiento entre almas. Con una dulce sonrisa, posó su mano sobre mi pecho y, en ese instante, sentí su energía fluir a través de mí, como un río de paz, fortaleza y amor divino.

Esta bendición no es solo un gesto simbólico, sino una conexión profunda con la presencia de Miguel y con la luz de Dios. Es un recordatorio de que somos hermanos en la luz, hijos del mismo Padre, y que la paz, la protección y el amor divino están siempre disponibles para nosotros.

Siéntete llamado a recibir y compartir este saludo de Miguel:

Imagina que estás frente a alguien, con el corazón abierto y la mirada llena de amor y compasión. O si lo prefieres, cierra los ojos y visualiza a esa persona rodeada de una luz celestial.

Entonces, coloca tu mano sobre tu pecho y siente su calor. Ahora, visualiza que también extiendes tu mano y la posas suavemente sobre el pecho de la otra persona, como si Arcángel Miguel guiara tu gesto, transmitiendo su luz y su protección.

Pronuncia estas palabras con amor y profunda intención:


**“Mi alma saluda a tu alma,
te reconozco como mi hermano en luz,
pues ambos somos hijos del mismo Padre.

Que la paz divina te envuelva,
que la felicidad celestial florezca en tu corazón,
y que tu despertar sea guiado por la verdad y el amor.

Que Dios brille en ti, como brilla en mí,
y que juntos seamos reflejo de Su luz infinita,
faros de amor en este mundo,
servidores de aquellos que, por Su voluntad,
se cruzan en nuestro camino.

Que el manto azul de Miguel te cubra,
que su espada de justicia te libere,
y que su escudo de luz te proteja.

Así es, así será, porque en el amor divino todo es posible.”**


Después de pronunciar esta bendición, respira profundamente y siente cómo la energía de Miguel se expande en tu ser, envolviéndote a ti y a la persona a quien diriges estas palabras.

Este saludo de luz no es solo una oración, sino un compromiso de amor y servicio. Es la confirmación de que nunca caminamos solos y de que la protección divina nos acompaña siempre. Úsala cada vez que necesites recordar tu conexión con Dios, cada vez que desees transmitir paz y fortaleza a otro corazón.

Y cuando lo hagas, recuerda… Miguel está ahí, sonriendo dulcemente, colocando su mano sobre tu pecho y susurrando a tu alma: “Tú eres luz, tú eres amor, tú eres eterno.” 💙✨