La vela verde y el susurro de las hadas

Un encuentro real con el Reino Sutil

Hoy sentí el llamado de encender una vela para las hadas.
Había comprado un paquete de velas delgadas, de color verde, y supe de inmediato que ese color, asociado a la tierra, al corazón y a la naturaleza, era perfecto para invitar su presencia con amor.

Así que me tomé un momento para consagrarla,
no solo como un acto simbólico, sino como una ofrenda viva:
“Que esta vela sea una luz que las llame, que las honre, que las reciba.”

La ungí con aceite de romero —esa planta que limpia, protege y perfuma los caminos sutiles—
y la sostuve entre mis manos con el corazón abierto.
Pedí, con humildad, poder conocerlas más…
que me enseñaran sobre su mundo,
que me mostraran cómo sentirlas mejor,
porque a veces, conectar con ellas no me fluye tan rápido como con los ángeles.

Lo dije así, sin adornos.
Sencillo.
Humano.

Encendí la vela.
Y mientras me alejaba unos minutos para lavar mis manos,
sentí —con toda claridad— una voz suave, cálida, como una brisa tibia que me envolvía:

“Ahora vas a estar más protegida.”

Me detuve.
Pregunté en silencio, con el alma despierta:

Yo:
¿Por qué?

Y entonces llegó la respuesta más dulce,
más inesperada,
más real:

“Porque eres cálida.”

Desde allí, como si una puerta invisible se hubiera abierto, comenzó una conversación que deseo guardar por siempre… y que hoy comparto contigo, que lees estas palabras.

🌿 Conversación con las hadas:

Hadas:
“Siempre estás acompañada.”

Yo:
¿En serio?

Hadas:
“Sí. Muchos seres te siguen, aunque no puedas verlos a todos.
Tu luz los atrae.
Pero no te harán daño, no te preocupes.
Saben que no pueden hacerlo.”

Yo:
¿Y son malos o buenos?

Hadas:
“No hay malos.
Muchos de ellos son seres que ya fallecieron.
Otros son los ángeles que tanto amas.
A tu alrededor hay una luz cálida,
como pequeñas esferas de luz.
Tu corazón irradia una energía que provoca acurrucarse ahí a descansar.
Eres escuchada.”

Yo:
¿En dónde?

Hadas:
“En el plano espiritual.
Cuando sientes tu corazón, esa calidez…
y hablas o piensas desde ahí,
tus palabras llegan como una melodía.
Por eso te escuchamos y venimos a ti.
Tu corazón es sincero. Eso nos gusta.”

Hadas:
“No tienes que preocuparte.
Tú amas mucho a tu familia.
Lo sabemos por la energía que rodea tu casa y a cada uno de ellos.
Tu hijo es especial.
Tiene una luz maravillosa, aunque aún no sea consciente de ello.
Tu esposo también la tiene, aunque su energía es más de soporte…
como si él cargara con el peso de todos.”

Yo:
Es por él que quiero hacer más…

Hadas:
“Lo sabemos.
Aunque no podemos decirte el futuro,
tu luz es capaz de hacer grandes cosas.
Tú no la ves,
pero en el mundo espiritual se ve con total claridad.
Te necesitamos.
En este mundo, aunque hay luz, somos pocos los que podemos interactuar con el plano material.
Pero tú puedes sentirnos, escucharnos,
y ser canal entre los mundos.”

Desde ese momento supe…
que no se trata de “conectar bien”.
Se trata de sentir de verdad.
Se trata de hablar con sinceridad, sin máscaras ni exigencias.

Y ellas, las hadas,
no buscan palabras perfectas.
Buscan corazones tibios.
Buscan a quienes no las fuerzan,
sino que las invitan con amor.

🌸 Si tú también quieres sentirlas…

No necesitas rituales complicados.
Solo una vela, un aceite, una planta que hable de ti.
Y un corazón dispuesto a hablar con verdad.
Porque ellas…
ellas escuchan lo que nace del alma.